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Vinculados con las graves violaciones a los derechos humanos ocurridas en el marco de las coordinaciones represivas del Cono Sur.

ESMA***

Área de identidad

Tipo de entidad

Entidad colectiva

Forma autorizada del nombre

ESMA***

Forma(s) paralela(s) de nombre

  • Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada

Forma(s) normalizada del nombre, de acuerdo a otras reglas

Otra(s) forma(s) de nombre

Identificadores para instituciones

Área de descripción

Fechas de existencia

1924-2004

Historia

El predio donde funcionaba la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), fue cedido por el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires al Ministerio de Marina por un decreto del año 1924, para que fuera utilizado como centro de instrucción militar. El texto establecía que ante cualquier cambio en el destino de las instalaciones el predio debería regresar al poder de la Ciudad.
La ESMA fue fundada ese mismo año, durante la presidencia de Marcelo T. de Alvear. El terreno fue ocupado con varios edificios: la Escuela de Mecánica, la Escuela de Guerra Naval y el Casino de Oficiales. Allí los estudiantes ingresaban a carreras como Electrónica, Aeronáutica, Mecánica Naval, Operación Técnica de Radio, Meteorología, Oceanografía, etc. Los alumnos se recibían de técnicos, con opción a seguir luego la carrera militar o ejercer su profesión en cualquier otro ámbito.
A partir del golpe de Estado de 1976, en esta sede educativa funcionó paralelamente uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más emblemáticos de la última dictadura. La Escuela de Mecánica de la Armada, más conocida por sus siglas ESMA, (después Escuela de Suboficiales de Mecánica de la Armada) fue una de las instituciones que funcionó en el predio que el Concejo Deliberante de la ciudad de Buenos Aires cedió al Ministerio de Marina en 1924.
Desde el año 2004 este edificio se ha convertido en el Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos.
La ESMA, complejo edificio ubicado sobre la Avenida del Libertador – importante vía de acceso al núcleo urbano en plena zona norte de la ciudad – fue uno de los mayores Centros Clandestinos del país. Incluyó también dependencias usadas como maternidad clandestina y como depósito de bienes robados a los secuestrados. Todo el predio estuvo involucrado en la acción represiva, ilegal y clandestina realizada por la Armada como parte del accionar del terrorismo de Estado, pero las funciones principales de la ESMA se centralizaron en el Casino de los Oficiales. También se llevó alternativamente prisioneros a algunos otros edificios, como la Enfermería, la Imprenta (dotada de maquinaria moderna, tanto en el laboratorio fotográfico como en las impresoras), el Taller de Automotores (sector encargado de reparar y modificar los vehículos que el GT3.3.2 utilizaba para realizar sus operativos) y el Pabellón Coy (dormitorio de los aspirantes a suboficiales de la Armada).
Desde el Edificio del Casino de los Oficiales y con el sostén y la cobertura del resto de las instalaciones, el Grupo de Tareas 3.3.2 (GT3.3.2) – dependiente primero del Servicio de Inteligencia Naval (SIN), después del Comandante en Jefe del Arma – creado en 1976 por el entonces almirante Emilio Massera, ejecutó una acción terrorista sostenida e implacable cuyo rol fue determinante en el arrasamiento y desarticulación de organizaciones populares y la captura y desaparición de alrededor de cinco mil personas. En la jerga del GT3.3.2 el Casino también se le llamaba “Selenio”, “El Dorado” y “Casa de Oficiales”.
Este edificio posee tres plantas. Allí los detenidos eran alojados en un sector del tercer piso denominado “capucha”, en “capuchita” y en el sótano. En este último lugar se encontraban los detenidos antes de ser “trasladados”.
En el tercer piso se encontraba, también, “La pecera”, donde funcionaban unas pequeñas oficinas, la biblioteca y el archivo y, además, se encontraba “El pañol”, que era utilizado como depósito del botín de los saqueos de las casas de las personas secuestradas.
En el sótano, en el tercer piso, y en “capuchita” existieron habitaciones destinadas a los interrogatorios y a las torturas que aplicaban los miembros de la Marina a los secuestrados.
El Casino de los Oficiales fue el lugar más importante de concentración y tortura de los detenidos-desaparecidos, al mismo tiempo que funcionó como dormitorio de los oficiales y como espacio de oficinas de inteligencia y de los rangos superiores de la Armada. En el Casino de Oficiales hubo también una maternidad clandestina, en la que fueron recluidas y dieron a luz tanto las prisioneras secuestradas por el GT3.3.2 como las que provenían de otros CCDTyE. Al momento del parto eran asistidas por médicos y enfermeros destinados a la ESMA y por otras secuestradas; en caso de complicaciones eran llevadas al Hospital Naval. Poco después de su nacimiento, los bebés eran separados de sus madres y, en la mayor parte los casos, apropiados por marinos o por miembros de otras fuerzas represivas. Las madres posteriormente sufrían el mismo destino que la mayoría de los detenidos-desaparecidos, eran “trasladadas” en los “vuelos de la muerte” que se realizaban en forma semanal o quincenal.
Aunque las instalaciones de la ESMA fueron usadas fundamentalmente por el GT3.3.2, éste las puso a disposición de distintas fuerzas represivas afines: comandos de la Aeronáutica y de la Prefectura Naval Argentina, el Servicio de Inteligencia Naval y otros grupos las usaron como sitio de tortura y desaparición de sus prisioneros ilegales y como lugar de parto de las mujeres embarazadas secuestradas.

Al finalizar la dictadura militar, en 1983, el edificio retornó a sus funciones iniciales de instrucción militar.
En 1984 la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) realizó una inspección en el lugar. Gracias al testimonio de algunos sobrevivientes, se reconocieron estos espacios y se probó el destino siniestro que tuvo ese lugar por el que pasaron alrededor de cinco mil personas que hoy continúan desaparecidas.
Dice el informe Nunca Más: “La ESMA no sólo era un centro clandestino de detención donde se aplicaban tormentos, sino que funcionaba como el eje operativo de una compleja organización que incluso, posiblemente pretendió ocultar con el exterminio de sus víctimas los delitos que cometía.”
El 6 de enero de 1998, durante su segunda presidencia, Carlos Menem firmó un Decreto
que disponía el traslado de las instalaciones de la ESMA a la Base Naval Puerto Belgrano. El mismo decreto destinaba el predio a un espacio verde de uso público donde se emplazaría un “símbolo de la unión nacional”, previa demolición del edificio.
Dicho decreto motivó el repudio de los organismos de Derechos Humanos y de amplios sectores de la sociedad civil. Asimismo, familiares de desaparecidos de la ESMA presentaron ante la justicia una acción de amparo reclamando la suspensión de los efectos del decreto 8/98. El 16 de octubre del mismo año el juez Federal Ernesto Marinelli dejó en firme la medida. Entre sus argumentos menciona la obligación del Estado argentino de resguardar el predio por ser patrimonio cultural y por tener aún valor probatorio en los desarrollos judiciales. Reafirmó que en virtud de sus obligaciones internacionales, el Estado es responsable de otorgar una respuesta sobre el destino de los desaparecidos a la sociedad y a los familiares de las víctimas. En febrero de 2001, la Corte Suprema de Justicia reafirmó la inconstitucionalidad del decreto de Menem.
En forma paralela, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, encabezado entonces por Fernando De la Rua, inició una demanda contra el Poder Ejecutivo Nacional, reclamando el dominio del predio que ocupa la ESMA. La ciudad reclamaba la revocatoria de la cesión, en virtud de la cláusula que establecía las actividades educativas como único destino posible de las instalaciones. El Ministro de Defensa de entonces, Jorge Domínguez, rechazó las gestiones.
A partir de ese momento, se comenzó a pensar en los usos posibles para la ESMA. Varios proyectos fueron presentados por legisladores. Algunos de ellos tenían como objetivo salvaguardar el edificio para el futuro, declarándolo “monumento histórico”.
Ante la obligación inminente de devolver el lugar, los altos mandos castrenses optaron por mantener el propósito original para el cual habían recibido la propiedad. Ya en diciembre de 1999, el entonces ministro de Defensa Ricardo López Murphy adelantó la idea de instalar un “polo educativo militar” que incluyera las escuelas de guerra del Ejército y la Fuerza Aérea y la escuela naval. Durante el 2000 hizo explícita su oposición a convertir en museos o lugares de estudio y transmisión de lo ocurrido durante el terrorismo de Estado a los sitios donde funcionaron centros clandestinos de detención. Su sucesor, Horacio Jaunarena, aunque no se pronunció sobre el uso del edificio de la ESMA, reafirmó el aval a la cúpula militar en sus intentos de olvidar el pasado.
En junio de 2000, durante la gestión de Aníbal Ibarra como Jefe de Gobierno, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó por unanimidad la ley 392/2000. En su artículo primero dispuso revocar la cesión efectuada al entonces Ministerio de Marina, con relación al predio de la Avenida del Libertador 8151-8461. En su artículo segundo dispuso destinar los edificios donde funcionó la Escuela de Mecánica de la Armada a la instalación del denominado Museo de la Memoria.
En diciembre de 2002, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobó la ley N°961 que crea el Instituto Espacio para la Memoria, destinado “al resguardo y la transmisión de la memoria e historia de los hechos ocurridos durante el terrorismo de Estado de los años ’70 e inicios de los ’80 hasta la recuperación del estado de derecho, así como los antecedentes, etapas posteriores y consecuencias”. En su artículo décimo, la ley dice que el instituto tendrá su sede definitiva en el predio de la Esma. La ley fue reglamentada por el decreto N°835 y los organismos de derechos humanos designaron sus representantes en el año 2003. Aún no han sido designados los representantes de la Legislatura y los del Poder Ejecutivo de la ciudad.
A partir de las gestiones del presidente Kirchner se acordó, en primer término, la restitución del predio el 31 de diciembre de 2004, y en segundo término, la creación de un “Espacio para la Memoria y la Promoción y defensa de los Derechos Humanos” en el lugar.

Lugares

Buenos Aires, Argentina

Estatuto jurídico

Funciones, ocupaciones y actividades

Mandatos/fuentes de autoridad

En 2004 se propuso convertirlo en un museo para recordar la represión, documentando el terrorismo de Estado, instalándose posteriormente entre otras instituciones, el Archivo Nacional de la Memoria. La Ley Nº 1412 sancionada el 5 de agosto de ese año por la Legislatura porteña la destinó a conformar el "Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos".
El predio fue declarado Monumento Histórico Nacional el 19 de agosto de 2008 por Cristina Fernández de Kirchner, mediante la firma del decreto 1333/2008

Estructura/genealogía interna

Contexto general

Área de relaciones

Entidad relacionada

Grupo de Tareas 3.3.2 (Mayo 1976)

Identificador de la entidad relacionada

AR

Categoría de la relación

jerárquica

Fechas de la relación

Descripción de la relación

Entidad relacionada

Servicio de Inteligencia Naval***

Identificador de la entidad relacionada

AR

Categoría de la relación

jerárquica

Fechas de la relación

Descripción de la relación

Área de control

Identificador de la descripción

AR

Identificador de la institución

Reglas y/o convenciones usadas

Estado de elaboración

Revisado

Nivel de detalle

Básico

Fechas de creación, revisión o eliminación

Idioma(s)

  • español

Escritura(s)

Fuentes

ESPACIO MEMORIA Y DERECHOS HUMANOS [Ex ESMA]. Los orígenes del predio de la ESMA

MEMORIA ABIERTA: "El museo que queremos" Historia de la ESMA

SLATMAN, Melisa. Actividades extraterritoriales de la Armada Argentina durante la última dictadura civil-militar de Seguridad Nacional (1976-1983). Aletheia, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación Universidad Nacional de La Plata, v. 3, n. 5., dic. 2012.

Notas de mantención