Abuelas de Plaza de Mayo es una Asociación Civil no gubernamental sin fines de lucro creada el año 1977 y que adquirió personería jurídica el año 1983. Tiene filiales en cinco ciudades del país; una de ellas es la filial de la ciudad de Rosario.
En la ciudad de Rosario, a principios del año 1977, un grupo de allegados y familiares de personas que se encontraban desaparecidas empezó a reunirse en una vieja casona que había sido cedida por la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, ubicada en la Cortada Ricardone Nº 58, para unificar sus luchas. Allí se produjo la creación de “Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y Gremiales de Rosario”, comenzando a organizarse, a recibir denuncias de secuestros y a redactar solicitadas para publicar en los diarios. Al mismo tiempo algunas madres de detenidos-desaparecidos habían comenzado a tener contacto con las Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires, a donde viajaban periódicamente para sumarse a las primeras rondas y manifestaciones.
Más tarde, este grupo de madres, que ya integraban Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires, decide fundar la Delegación Rosario de este organismo. Aproximadamente por la misma fecha Darwinia Mónaco de Gallicchio, quien integraba desde hacía varios años “Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y Gremiales de Rosario” y además de su hija y su yerno tenía desaparecida a su nieta, organizó la fundación de Abuelas de Plaza de Mayo filial Rosario en el año 1984. Al manifestarse algunas diferencias con las Madres de Plaza de Mayo de Buenos Aires la agrupación rosarina adopta, el año 1995, el nombre de Madres de Plaza 25 de Mayo.
Darwinia Rosa Mónaco de Gallicchio nació el 31 de mayo de 1925 y falleció el 28 de noviembre de 2008. Fue casada con Carlos Gallicchio y tuvo tres hijas, Graciela, Stella Maris y Silvina. Su hija Stella Maris Gallicchio fue secuestrada junto a su pequeña hija de ocho meses, Ximena Vicario, y a un empleado de sus padres, Alfredo Berruti, cuando habían ido a retirar su pasaporte a Coordinación Federal en Buenos Aires, el 5 de febrero de 1977 por un “grupo de tareas” del Primer Cuerpo de Ejército, entonces bajo el mando de Carlos Suárez Mason. Stella Maris iba a exilarse en España y Alfredo iba a viajar a Australia. Ese mismo día fueron a buscar a Juan Carlos Vicario, esposo de Stella Maris y padre de la niña, a su domicilio, en Rosario. Alfredo, Stella Maris y Juan Carlos continúan desaparecidos.
Carlos Gallicchio fue quien se acercó por primera vez a “Familiares”, porque anteriormente ya había hecho estas demandas por Juan Carlos Vicario, en oportunidades en que había estado detenido. Darwinia y su marido iban seguidas veces al Ministerio del Interior a buscar sus seres queridos, pero Darwinia quedó sola en la búsqueda debido a la muerte de su marido el día 20 de octubre de 1980.
En una de las iniciales marchas de la resistencia en la ciudad de Rosario, realizada el 30 de septiembre de 1983 – una de las primeras veces que el tema de los desparecidos aparecía en los medios rosarinos – organizada por “Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Gremiales” y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Darwinia pudo hacer público su caso, al relatar el secuestro de su hija, su nieta y su yerno.
Con el tiempo, Darwinia fue centrando sus fuerzas en la búsqueda de su nieta y así comenzó a tomar contacto con las Abuelas de Plaza de Mayo de Buenos Aires. Pronto conoció a las Madres de Buenos Aires y también se unió a ellas, para luego formar las filiales de ambas agrupaciones en Rosario. Por ese entonces, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de Rosario y “Familiares” funcionaban juntos, y fue en el local de APDH – que por entonces se encontraba en la esquina de las calles Córdoba y Corrientes – que comenzó a funcionar Abuelas de Plaza de Mayo Filial Rosario. Aparentemente, dicha fundación fue incluso anterior a la propia constitución de la filial de Madres de Plaza de Mayo en Rosario, que data de enero de 1985. Junto a Darwinia, participaron en la formación de la filial de Abuelas de Plaza de Mayo Adela “Lila” Forestello y Laura Elsa Tasada.
Desde entonces Darwinia, con muchos colaboradores, comenzó a hacer diversas actividades. Apenas un mes después de anunciada su creación, Abuelas filial Rosario dio a conocer un comunicado titulado “Los verdaderos padres” en el que se señalaba la situación de los niños desaparecidos y se agradecía por la solidaridad del pueblo por los datos, informaciones y testimonios brindados.
A partir de ese momento, la filial de Rosario de Abuelas comenzó a funcionar con todas las características que tiene una delegación, entre las cuales se encuentra el soporte económico. La Sede Central de Abuelas en Buenos Aires entregaba una ayuda económica a las filiales de Mendoza, La Plata y La Rioja, Córdoba, Mar del Plata y Rosario de 100 dólares mensuales. Ese dinero era destinado a todas las actividades que se realizaban en la filial, que tras funcionar unos meses en el local de APDH, para el año 1985 estaba completamente instalada en la casa personal de Darwinia.
Ximena, la nieta de Darwinia, nació el 12 de mayo de 1976 y estaba a punto de cumplir nueve meses cuando fue secuestrada con su madre. La beba fue dejada en la puerta de la Casa Cuna de Buenos Aires, de donde la retiró la hematóloga Susana Siciliano, en acuerdo con el director del establecimiento, y la adoptó de manera irregular inventando una falsa historia sobre su origen y otorgándole el nombre “Romina”. Ximena pudo ser localizada el 1984, cuando tenía ocho años, gracias a una denuncia que llegó a la institución y a la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Darwinia, acompañada por otras Abuelas, visitó la casa de la apropiadora y cuando vio la niña no dudó quien era. El examen de ADN, realizado en enero de 1986, lo confirmó.
Darwinia intentó que la restitución fuera gradual. Pero al plantearse los trámites de la restitución, Susana Siciliano se echó atrás e inició una campaña mediática para recuperarla. En un principio Darwinia tuvo que cumplir un régimen de visita, ya que al tratarse de una adopción plena, no tenía chances de obtener la guarda de su nieta. Debía esperar a que la Justicia anulara aquella adopción apócrifa. Con el resultado del ADN la Justicia amplió el régimen de visitas a una suerte de guarda compartida. En 1991 la Justicia, finalmente, anuló la adopción plena de Ximena y dictaminó que se fuera a vivir con su abuela Darwinia a Rosario. Alcira Ríos, la abogada de la Asociación Madres de Plaza de Mayo en ese momento, logró así un fallo que modificó la jurisprudencia en la materia: Susana Siciliano fue acusada de ocultar la verdadera identidad de la menor y de haber aportado información falsa al trámite de adopción.
En 2003, Abuelas de Plaza de Mayo logró que la Unión Europea aprobara un proyecto para sistematizar su trabajo, educar sobre el derecho a la identidad y propagar su lucha hacia el interior del país, que fortalecería las filiales de la asociación y creaba una red de colaboradores para la búsqueda de nietos. En este marco, la filial de Rosario recibió colaboración para poder comenzar a funcionar en oficinas apropiadas para atender consultas. Hasta ese momento siempre había funcionado en la casa de Darwinia. En 2004 la filial firmó un convenio con la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe mediante el cual el organismo provincial facilitó un espacio físico para que la entidad pueda desarrollar sus tareas. En 2009, ya sin Darwinia, la filial adquiere un local propio en Laprida 563 de la ciudad de Rosario. Es la primera filial que, después de su muerte, queda a cargo de un nieto, Iván Fina.